La Cueva de Hielo

la cueva del viento

Hoy le voy a llevar hasta el corazón de Tenerife. El Teide, la montaña sagrada de los tinerfeños, el Padre Teide como a menudo le llamamos y en su entorno está la llamada “Cueva del Hielo» o «Cueva de los cazadores». Se encuentra ubicada, a 3350  metros de altitud sobre el nivel del mar, aproximadamente a unos 500 metros sobre el pequeño valle que forma Altavista.

En realidad la cueva es un pequeño tubo volcánico que forma una caverna de unos 48 metros de longitud, unos 9 metros de altura y unos 15 metros de ancho. Parte del techo se ha hundido, quedando un hueco por el que se desciende hasta el fondo de la misma.

A la cueva se ha bajado utilizando una o dos sogas que se ataban a los peñascos del lugar, por una escalera de madera de pino (según Olivia Stone, construida por Smith en 1856 ─ Glas la menciona en 1764), de la que en 1886 solo quedaban dos peldaños. En 1922 el “Barón de Imobach” en sus relatos menciona la existencia de una “moderna” escalera de pino. Actualmente se accede a la cueva a través de una escalera de  hierro, mencionada por Fray Albino (Obispo de Tenerife) en el  año 1927.

 

El hielo y el agua de la cueva en el pasado se utilizó como recurso de abastecimiento para los montañeros y científicos que subían al Teide, especialmente en verano, por ser el único lugar que conservaba estos elementos todo el año. Los neveros (denominados así por dedicarse a la explotación de este elemento), principalmente de La Orotava, extraían el hielo de esta cueva y lo transportaban en burros y mulas hasta los pueblos para ser vendido.

 

El hielo o el agua, según el caso, se extraía amarrando los barriles o bloques de hielo a las mismas cuerdas por las que se bajaba, el nevero subía por las cuerdas, tiraba de las cargas y luego volvía a bajar para repetir la operación nuevamente. En el caso del hielo, previamente había que cortarlo en bloques.

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